sábado, 31 de julio de 2010

No entiendo esta nueva tendencia de construir departamentos en los que la cocina, el comedor, el lavadero y el living comparten el mismo espacio casi sin divisiones entre ellos.

Debe ser estéticamente fantástico sentarse con un amigo en el living para escuchar música o ver un partido mientras se huelen los vahos provenientes de la cocina y el lavadero (ropa de bebé, o de adolescentes recién llegados de la práctica de fútbol, o del abuelo con incontinencias de esfínteres).
También llegan los ruidos de platos, lavavajillas, lavarropas y cuanto utensillo se mueva en la cocina. No hay divisiones ni se crean posibilidades para armar espacios íntimos. El único refugio es un dormitorio de 3x3 donde apenas se puede circular. Pero ese no es lugar para sentarse a escuchar música solo o acompañado.

Para colmo, te quieren vender estos cubículos como viviendas de "alta gama". Es decir, te cobran un huevo por algo que es una reverenda cagada incómoda. Un rancho con más marketing que comodidades.

Arquitectos, constructores e inversores que se dedican a ese tipo de construcciones deberían terminar clavándose con ellas y verse obligados a cederlas gratis a los okupas y mendigos que andan cagándose de frío por ahí.

2 comentarios:

choripanboy dijo...

Estamos en la involución,por algo los llaman mono-ambientes...
En la jungla de Tarzán se hubieran vendido bien no?
Slds

manhattan transfer dijo...

Es verdad Choripan. La ciudad se parece cada vez más a la selva. No veo la hora de que andemos todos en bolas.