
Nunca pude torcer el destino según mi deseo. Las cosas parecen moverse solas y me van acomodando como se les canta. O siguiendo el deseo de otros.
Mi determinación por alcanzar un destino siempre quedó tapada por determinaciones ajenas o por circunstancias aleatorias.
Leo o escucho a personas que esgrimen un discurso tan sólido y seguro que me siento como un marciano. Me pregunto si realmente creen en lo que dicen o se autosugestionan para no suicidarse. En fin, cada uno tiene su estratagema para pasar los días.
Cualquiera que lea ésto pensará que soy un pelotudo infinito.
Pues no se equivoca.
3 comentarios:
Je, no estas solo, somos muchos en la estacada. En fin "Mal de muchos, consuelo de tontos"
Vos le querés dar la razón a la gorda Feinmann,solamente
que él,no mencionó infinito...
1.- Ningún pelotudo, amigo.
2.- Tiene razón, se autosugestionan para no suicidarse.
Publicar un comentario