Estoy en uno de esos momentos de mi vida en los que sé que se avecinan problemas grosos. Ya me ha pasado. Ya lo viví.
Nunca pude torcer el destino según mi deseo. Las cosas parecen moverse solas y me van acomodando como se les canta. O siguiendo el deseo de otros.
Mi determinación por alcanzar un destino siempre quedó tapada por determinaciones ajenas o por circunstancias aleatorias.
Leo o escucho a personas que esgrimen un discurso tan sólido y seguro que me siento como un marciano. Me pregunto si realmente creen en lo que dicen o se autosugestionan para no suicidarse. En fin, cada uno tiene su estratagema para pasar los días.
Cualquiera que lea ésto pensará que soy un pelotudo infinito.
Pues no se equivoca.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Je, no estas solo, somos muchos en la estacada. En fin "Mal de muchos, consuelo de tontos"
Vos le querés dar la razón a la gorda Feinmann,solamente
que él,no mencionó infinito...
1.- Ningún pelotudo, amigo.
2.- Tiene razón, se autosugestionan para no suicidarse.
Publicar un comentario