lunes, 31 de diciembre de 2007

SMN

Lo mío es muy rastrero, muy barato. Lo reconozco. Hoy y los días que siguen serán fatales. Si no me creen sigan este link: ¿Vieron esos numeritos rojos que dicen 39, 40 y 41? Bueno, no se refieren a la cotización de los Bonos de la Deuda. Se refieren a las temperaturas máximas previstas por el Servicio Metereológico Nacional (SMN).
Considérese que esas temperaturas se miden en la estación del SMN ubicada fuera de la ciudad. Luego, para calcular la que nosotros realmente padeceremos en el centro rosarino, debemos sumarle unos cuatro o cinco grados más, por lo menos. A mí la cuenta me da por arriba de 45. No sé si me anda bien la calculadora.
Sumésmole a esta circunstancia dos hechos poco obviables: la llegada de familiares y los cortes de luz.
Ahora díganme si no es para cortarse los huevos con el lomo del DNI (el viejo, porque el que renové todavía está filoso).
Díganme si no es para invocar a todas las deidades pidiendo un poco de clemencia, argumentando que me porté bien, no falté ni un solo día al laburo, pagué todas las cuentas, ayudé a mis hijas a hacer la tarea y no voté a Cristina.

Ya sé, hay quien debe estar sufriendo más y por causas más atendibles. Yo igual me corto los huevos... con el capuchón de la Bic azul... con eso me los corto.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Ajo y Agua

El 28 de diciembre es el último día del año para hacer trámites bancarios y similares. Prevenido como soy, hice todos los trámites lo antes posible para no tener que sufrir los aprietes típicos de la hora de cierre. Pero me quedó uno traspapelado. Boludo, como siempre, tengo que salir a atravesar el microcentro rosarino en pleno mediodía de diciembre. Me recago en mí carajo.

Para sumar incomodidades hay paro de Municipales. Luego, no hay inspectores que multen, ni guardia urbana, ni zorros grises. Ningún control. Entonces, la mayoría de los animalitos rosarinos se comportan como si estuviesen en la selva. Me cago en tus derechos, parece ser la consigna. Millones de vendedores callejeros cubren todas las veredas y peatonales ofreciendo unos recortes de cuero que lucen peor que la pija de un cerdo disecada. Ellos los llaman "artesanías". Se sientan en la vereda con sus patas mugrientas y sus ojos rojos de vino y porro y te miran pensando cuán pelotudo sos que tenés que caminar con papeles bajo el brazo a pleno sol, puteando porque no se puede avanzar.

Y no se puede avanzar porque millones de viejas sudorosas siguen comprando pelotudeces a cuatro manos. Caminan rodeadas de bolsas que les cuelgan de las manos transpiradas. Bolsas con todas esas marcas de shopping y promociones que me tienen las pelotas más infladas que un Zeppelin.

A la altura de Mitre (yo camino por Córdoba) la vieja puta que viene detrás de mí pela el celular y se pone a hablar. Grita de una manera que vuelve innecesario al celular. Su interlocutor la debe escuchar igual aunque esté a veinte cuadras. Grita y me salpica la oreja con su saliva ácida, vieja de mierda y la reputa que te parió conchuda, qué mierda comiste que te sale ese aliento me recontra cago en vos. Parece una nube de ajo la concha de tu hermana.
Trato de acelerar y despegarme pero es imposible. Hay tanta gente y putos artesanos que apenas se avanza. Si abro un surco hacia la izquierda la vieja aprovecha y sigue detrás de mí. Viene chupada a mi culo como un Fórmula Uno.

Para colmo, aparte de los artesanos, también coparon las baldosas los vendedores de mersadas como vinilos pintados con aerosol con la cara del Che, de Bob Marley, de Maradona, de Sabina. Cualquier mierda venden. Ropa deportiva trucha, gorritos con el logo de Nike, de Adidas... de ¡Armani! Venden camisetas de Ñuls, de Central, de Boca y de River. Hasta ahí lo acepto. Pero también ofrecen camisetas de los Giants de New York y de los Red Sox! Qué puto rosarino se puede comprar una camiseta trucha de los Red Sox me cago en la Arquidiócesis Rosarina!

Cuando cruzo Corrientes la peatonal se ensancha. Entonces, con más espacio, hago un amague hacia la izquierda y salgo violentamente hacia la derecha. Ni Messi lo puede hacer. La vieja del celular se come el amague y queda varada contra un kiosco de libros. Porque los rosarinos se la dan de cultos y tienen una editorial propia de libros rosarinos que no deben leer ni las hermanas de los autores. Pero el kiosco me sirvió para despegarme de la vieja del celular con aliento a ajo y caminar un poco más tranquilo los siguientes ochenta metros.

Al llegar a Paraguay me frena el semáforo para peatones. Cruzar esa esquina es más difícil que robarle los huevos a un águila. Entonces ocurre lo imaginado: la vieja me alcanza y sigue hablando a los gritos. Se está despidiendo. Hace dos cuadras que se está despidiendo la conchuda olorosa de mierda! Hay mujeres que tardan más en despedirse que en acabar. ¡Qué complicadas que son la reputa madre!

Me quedan dos opciones: o me suicido bajo el torrente de autos que circulan por Paraguay o me doy vuelta y le cago una trompada en los dientes a la vieja olorosa. Como siempre, no me animo a hacer ninguna de las dos cosas. Lo único que obtengo, en consecuencia, es un aumento de presión arterial y un chorro de acidez estomacal por sentirme más pelotudo, más mínimo y más basura que nunca.

Cuando el semáforo nos deja pasar la vieja se va para otro lado. Ya no habla detrás de mí. A esta altura me importa un carajo.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Papanuel II

Estoy viejo y pelotudo. Ya lo sé. Pero a cada gil que le pregunto sobre las fiestas me responde más o menos lo mismo que pienso yo: Que son peor que un dolor de huevos. Que prefieren una fístula en el ano antes que tener que pasar cinco horas reunidos con padres y parientes.

¿Acaso son una hipocresía organizada estas reuniones? ¿Un complot universal?

Tengo un amigo que se va a gastar 20.000 dólares para irse a pasar navidad en Disney con las hijas. Me confesó que, en el fondo, la verdadera razón del viaje es que no soporta enfrentar a su familia en las fiestas.

No estoy descubriendo nada. Ya lo sé. Ya les dije que estoy viejo y pelotudo. Pero si no lo escribo y lo leo no me termino de convencer. Disculpen.

martes, 18 de diciembre de 2007

Papanuel

Vienen las fiestas... tengo que acordarme de reponer Clonazepan. Varias cajas. Va a ser duro.

lunes, 17 de diciembre de 2007

The Devil Inside

¿Alguien me puede explicar cómo carajo se hace para vivir tranquilo teniendo hijas adolescentes en ésta época del año? Es decir: ya no tienen que ir a la escuela.

sábado, 15 de diciembre de 2007

wynona

El Tempranillo Nieto Senetiner está más que pasable. Lo conseguí a $ 9,33 la botella (comprando más de una caja, obviamente)
Ni en pedo les voy a decir donde queda la vinería con esos precios. Apenas cobre el aguinaldo me compro otras dos cajas. Hasta Reyes tiro con eso.

Bye.